La leishmaniosis es una enfermedad parasitaria causada por un parásito protozoo del género leishmania, transmitida por la picadura de un flebótomo infectado. Este mosquito puede resultar perjudicial tanto para personas como para animales.
Los flebotomos hembra actúan de manera similar a los mosquitos comunes: pican varias veces, absorben la sangre de animales infectados y transmiten el parásito a perros y gatos domésticos. Estos insectos suelen estar activos desde mayo hasta finales de septiembre, pero debido al aumento generalizado de las temperaturas y la prolongación del calor como consecuencia del cambio climático, su ciclo de vida se está extendiendo a otras estaciones.
¿Cómo afecta la leishmaniosis a los perros?
La leishmaniosis canina es una enfermedad compleja y potencialmente grave, pero con un diagnóstico temprano y un manejo adecuado, los perros afectados pueden tener una buena calidad de vida.
Los síntomas pueden variar ampliamente y pueden tardar meses o incluso años en manifestarse después de la infección inicial. Existen dos tipos de leishmaniosis en perros, la visceral y la cutánea, lo que significa que la enfermedad puede afectar a diferentes partes del cuerpo. En la cutánea, los síntomas más típicos son presencia de costras, descamación y alopecia (pérdida de pelo). En general, estos síntomas aparecen alrededor del hocico, las orejas y los ojos del perro, aunque también son frecuentes en codos y rodillas. Por el contrario, la visceral afecta a los órganos internos, incluidos el hígado, los riñones y la médula ósea. La pérdida de peso, la inapetencia y la diarrea crónica son síntomas indicativos de que hay una lesión orgánica.
Asimismo, los perros con leishmaniosis también suelen tener manifestaciones clínicas oculares como blefaritis (exfoliativa, ulcerativa o nodular), conjuntivitis nodular, queratoconjuntivitis seca, uveítis anterior y endoftalmitis. Respecto a las manifestaciones clínicas en cavidad oral, podemos observar nódulos o lesiones ulcerativas en la superficie de la lengua y en la mucosa oral.
¿Cómo afecta la leishmaniosis a los gatos?
La leishmaniosis felina es una enfermedad crónica con signos clínicos y alteraciones similares a las observadas en los perros. Las lesiones cutáneas más comunes son la dermatitis ulcerativa y nodular, la uveítis es la lesión ocular más frecuente y, en cuanto a las lesiones orales, se manifiestan como nódulos en la lengua y/o mucosa gingival o como estomatitis crónica.
¿Cómo actuar frente a esta patología?
La mejor protección frente a la leishmaniosis es la prevención. Es recomendable que tu animal lleve un tratamiento de collar o de pipeta frente a la leishmaniosis. Otra opción es la vacuna contra este insecto, aunque no actúa de forma preventiva, ya que el flebotomo debería picar a tu perro para hacer efecto.
La leishmaniosis no tiene una cura definitiva, sin embargo, sí tiene tratamiento y si el animal lo sigue adecuadamente se puede controlar la enfermedad y mantener una buena calidad de vida. El diagnóstico puede ser difícil, pero desde IVeM te recomendamos que si crees que tu perro puede tener esta enfermedad o presenta alguno de los síntomas comentados, visítanos lo antes posible para poder realizar todas las pruebas pertinentes.