La administración de anestesia en pacientes sépticos es un desafío clínico debido a las alteraciones fisiológicas que se presentan en estos casos. La sepsis es una respuesta inflamatoria sistémica descontrolada frente a una infección, lo que puede llevar a disfunción de múltiples órganos. La anestesia en estos pacientes debe adaptarse a estas condiciones y tener en cuenta diversos factores para minimizar los riesgos y mejorar los resultados.
En primer lugar, es fundamental realizar una evaluación exhaustiva del paciente séptico antes de administrar cualquier anestésico. Esto implica evaluar su estado hemodinámico, función respiratoria, función renal y hepática, así como la gravedad de la infección.
Durante la anestesia en pacientes sépticos, es crucial mantener una estrecha vigilancia hemodinámica. La administración de fluidos intravenosos debe ser cuidadosa y guiada por la monitorización de la presión arterial, la frecuencia cardíaca y la diuresis. La administración excesiva de fluidos puede llevar a una sobrecarga de volumen, mientras que la administración insuficiente puede empeorar la hipoperfusión tisular. El uso de agentes vasoactivos, como los vasopresores, puede ser necesario para mantener una presión arterial adecuada.