Los neonatos o animales recién nacidos presentan una fisiología diferente a los más adultos, lo que puede afectar a su respuesta a la anestesia.
En el sistema cardiovascular, el miocardio es menos contráctil, lo que significa que su gasto cardíaco depende de la frecuencia cardíaca; por lo tanto, se deben evitar los medicamentos que reducen significativamente la frecuencia cardíaca.
El trabajo respiratorio aumenta y la demanda de oxígeno es alta, son propensos a la hipoventilación y se puede requerir de ventilación manual.
El metabolismo del hígado es inmaduro, lo que conduce a una acción prolongada de los fármacos y al potencial de hipoglucemia. La glucosa debe controlarse regularmente y suplementarse si es necesario. Los riñones tienen una capacidad de concentración reducida, lo que significa que son menos capaces de hacer frente a la reducción de la ingesta de líquidos, se aconseja administrar fluidos durante la anestesia.
Los neonatos son menos capaces de regular la temperatura corporal; combinado con una gran proporción de área de superficie a masa corporal significa que son propensos a la hipotermia, se recomienda calentar tanto antes como durante la anestesia.
Al igual que en los neonatos, la anestesia en perros y gatos pediátricos debe retrasarse lo máximo posible, ya que el animal se haya desarrollado por completo, o al menos todas sus funciones fisiológicas.
Sin embargo, hay muchas ocasiones en las que no es posible, por lo que el proceso anestésico se debe enfocar de manera distinta que en animales adultos.
En el sistema cardiovascular, se deben tener en cuenta las mismas condiciones que en pacientes neonatos, ya que el gasto cardíaco de estos pacientes sólo puede aumentar un 30%, mientras que en los adultos puede hacerlo hasta un 300%.
El miocardio es menos contráctil, lo que significa que su gasto cardíaco depende de la frecuencia cardíaca; por lo tanto, se deben evitar los medicamentos que reducen significativamente la frecuencia cardíaca.
El trabajo respiratorio aumenta y la demanda de oxígeno es alta, son propensos a la hipoventilación y se puede requerir de ventilación manual.
El metabolismo del hígado es inmaduro, lo que conduce a una acción prolongada de los fármacos y al potencial de hipoglucemia. La glucosa debe controlarse regularmente y suplementarse si es necesario. Los riñones tienen una capacidad de concentración reducida, lo que significa que son menos capaces de hacer frente a la reducción de la ingesta de líquidos, se aconseja administrar fluidos durante la anestesia. Los neonatos son menos capaces de regular la temperatura corporal; combinado con una gran proporción de área de superficie a masa corporal significa que son propensos a la hipotermia, se recomienda calentar tanto antes como durante la anestesia.
Los pacientes geriátricos a menudo pueden presentar otras comorbilidades (por ejemplo, diabetes, hipertiroidismo, enfermedad renal crónica, enfermedad cardíaca, osteoartritis, etc). En comparación con adultos más jóvenes, tienen reducido el volumen sanguíneo, el gasto cardíaco y la presión arterial.
Son más propensos a la hipoxia e hipoventilación debido a una disminución de la elasticidad pulmonar. El metabolismo hepático puede reducirse y, por lo tanto, la acción del fármaco puede prolongarse. También hay una reducción en la masa renal y una disminución en la tasa de filtración glomerular y el flujo sanguíneo renal.