La Gingivoestomatitis Crónica Felina (FCGS) es una enfermedad inflamatoria persistente de etiología desconocida que afecta a encía y mucosa. Puede afectar a gatos de cualquier edad, sexo y raza. La etiología es desconocida, pero se acepta que el origen sea una respuesta inmune inapropiada a la estimulación antigénica oral crónica, potencialmente de origen multifactorial y posiblemente con causas que lo inducen. Entre los factores implicados cabe destacar desde patógenos sistémicos (calicivirus felino, herpesvirus, FeLV, FIV y Bartonella), enfermedades dentales (lesiones resortivas y enfermedad periodontal), hipersensibilidad a la placa bacteriana o alergias alimentarias. El estrés también podría jugar un papel importante.
Sus lesiones se caracterizan por ser ulcerativas o ulceroproliferativas. La gingivitis suele ser difusa, mientras que la estomatitis suele afectar mayoritariamente a la mucosa alveolar, labial y/o bucal en contacto con la placa bacteriana. En algunos gatos se pueden observar úlceras en la lengua.
¿Cuáles son sus características más comunes?
La inflamación de la mucosa oral caudal es muy característica de esta enfermedad. A menudo, esta inflamación afecta a los tejidos periodontales generando retracción gingival, exposición de la furca junto con aumento del surco gingival y pérdida de hueso horizontal y vertical. Asociado a esta patología también se aprecian resorciones dentales.
Los signos clínicos se caracterizan por depresión, agresividad, reducción de la interacción social, disfagia y anorexia, además de mal aspecto del pelaje por la dificultad para acicalarse, halitosis, deshidratación, pérdida de peso y linfoadenopatía mandibular. Es frecuente observar que los gatos afectados se introducen las patas dentro de la boca o se la golpean. Además, es común que presenten dificultad para abrir la boca, observándose vocalizaciones durante el acicalamiento, al intentar comer o bostezar. El babeo continuo y la presencia de sangre en la saliva son otros posibles signos clínicos.
¿Cómo diagnosticamos la FCGS?
La evaluación de la historia clínica y la realización de una exploración de la cavidad oral con el paciente bajo anestesia son los medios fundamentales para llegar a este diagnóstico. Otras pruebas necesarias para completar el diagnóstico y que son de utilidad para planificar mejor el tratamiento son, principalmente, las radiografías intraorales, los análisis sanguíneos (hemograma y bioquímica), análisis víricos y análisis histopatológicos de lesiones orales.
A menudo los gatos que sufren esta patología presentan disorexia o anorexia, lo que puede conllevar a una pérdida de peso. Habitualmente los pacientes presentan una mayor preferencia por la dieta blanda. Los signos de dolor bucal están también presentes, pudiendo incluir vocalizaciones, rechazo a la manipulación de la boca, apatía o comportamientos agresivos.
Se puede realizar una aproximación al diagnóstico inicial con el paciente despierto. Para ello, es necesario poder evaluar la localización y extensión de las lesiones, para así determinar si se trata de un cuadro de FCGS o, por lo contrario, de otros procesos que pueden llegar a tener lesiones similares, como por ejemplo la enfermedad periodontal, granulomas piogénicos, procesos tumorales, patologías sistémicas, etc. Debido a la falta de colaboración, agravada por ser una patología dolorosa, es preciso realizar esta exploración de la cavidad oral bajo anestesia.
En la exploración bajo anestesia es posible observar lesiones con un patrón ulcerativo o ulceroproliferativo que sangran al mínimo contacto. La característica clave que permite saber que el paciente padece esta patología es que estas lesiones se extienden más allá de la encía y de la mucosa vestibular, y llegan a aparecer en áreas de mucosa caudal, sublingual e incluso en el paladar y en el dorso de la lengua. Las lesiones suelen ser bilaterales, y las de tipo ulceroproliferativo pueden llegar a ser de gran tamaño y dificultar la visión de las zonas más caudales. De la misma manera, durante la exploración se puede observar, en la práctica totalidad de los casos, enfermedad periodontal generalizada en diferentes grados, lesiones de resorción dental y ausencia de algunos dientes.
Es recomendable anotar todos los hallazgos en su historial y en una ficha dental u odontograma, así como tomar fotografías de buena calidad de todas las áreas, que se deberán adjuntar a su historial, ya que servirán para monitorizar la evolución en el futuro, siendo una herramienta muy útil para explicar la enfermedad y justificar el tratamiento que se deberá proponer.
¿Cuál sería su tratamiento?
El tratamiento quirúrgico, junto al tratamiento médico perioperatorio, son básicos para el control de esta patología. Es fundamental conocer los pilares sobre los que se sustenta el tratamiento, ya que su desconocimiento puede traducirse en una reducción en la mejoría de los pacientes y generar una gran frustración en sus cuidadores. Lo más importante es:
- Modular la respuesta inmunológica.
- Reducir la inflamación y eliminar cualquier factor que la produzca.
- Eliminar la placa bacteriana y tratar las infecciones bacterianas si existen.
- Controlar el dolor.
La exodoncia parcial (molares y premolares) o completa es el tratamiento quirúrgico de elección. Este procedimiento persigue eliminar la placa bacteriana y partes del diente expuestas a la cavidad oral que no deberían estar, como sucede en las lesiones resortivas y cualquier posible estímulo antigénico crónico como el padecimiento de periodontitis.
La detección temprana y la atención veterinaria son esenciales para garantizar la salud bucal de tu felino. Si notas algún signo de dolor dental en gato, no dudes en consultarnos. En IVeM estaremos encantados de ayudarte a obtener un diagnóstico y tratamiento adecuados. ¡La salud dental es fundamental para el bienestar de tu animal!