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6 de enero de 2023

¿Puede llevar ortodoncia mi perro?

Nuestros perros y gatos se acaban convirtiendo en un miembro más de la familia y como tal buscamos darles la máxima calidad de vida posible. Cuidar de su salud bucodental es sin duda una pieza clave para su bienestar y, a largo plazo, puede ayudar a prevenir enfermedades mucho más serias. En algunas ocasiones, la ortodoncia resulta ser el tratamiento más adecuado para que la mordida sea correcta y funcional.

Existen soluciones ortodóncicas tanto caninas como felinas. De primeras puede resultar chocante, pero no es una medida que se tome por motivos estéticos, sino que es verdaderamente útil para corregir mal posiciones dentales que puedan tener consecuencias más serias. Además, presenta como ventaja que es menos invasivo que realizar una extracción dental.

La duración del tratamiento es relativamente corta, de unas pocas semanas a un par de meses, a diferencia de en humanos, que la corrección puede implicar años.

Este tipo de procedimiento oral debe estar recomendado por un veterinario especialista y debe ser el mismo quien realice la colocación de la ortodoncia.   

¿Qué problemas dentales requieren del uso de ortodoncia?

La ortodoncia, tanto en perros como en gatos, se deriva de la aparición de una serie de problemas visibles como dientes mal posicionados o dificultad para cerrar la boca.

Las condiciones que necesitan ser corregidas mediante la colocación de aparato son maloclusiones. Se denomina así al encaje incorrecto del maxilar con la mandíbula que puede ser de tipo esquelético o dental.

Nuestro fiel amigo puede tener dificultades para comer cuando la mordida no es adecuada. Las maloclusiones también comportan un desgaste irregular de los dientes, que, al estar mal dispuestos, entran en contacto entre sí (atricción dental) o con la mucosa. Un roce y contacto continuado puede acabar produciendo lesiones (autotraumatismos).

Además, la mala posición de los dientes también puede ocasionar problemas de higiene por acumulación de restos de suciedad o alimentos en los espacios interdentales, favoreciendo la enfermedad periodontal.

Las maloclusiones esqueléticas que ocurren por una diferencia en la longitud entre la mandíbula y el maxilar normalmente son de causa genética y pueden tener un tratamiento preventivo. Las razas braquicéfalas son más propensas a sufrir este tipo de problemas.

Por otra parte, las maloclusiones dentales (o clase I) se refieren a una mala posición de un diente y no se considera que tengan un componente hereditario, la mal posición dental puede deberse por ejemplo a traumatismos, alteraciones en la erupción dental, persistencia de dientes deciduos...

Una de las principales causas de maloclusión clase I que se observa en perros es la lingualización de los caninos mandibulares. Los caninos inferiores se desvían y erupcionan hacia la lengua y los dientes pueden llegar a impactar sobre encía y paladar,  generando úlceras y aumentando el riesgo de infecciones, incluso llegando a ocasionar comunicaciones oronasales. En estos casos la ortodoncia puede ser el tratamiento más adecuado.

Consideraciones previas al tratamiento con ortodoncia

La colocación del aparato se lleva a cabo bajo anestesia por lo que el animal debe estar en buenas condiciones de salud y ser capaz de tolerar el procedimiento.

No es recomendable para todos los perros y gatos. Por eso, se debe realizar un estudio especializado previo mediante radiografías intraorales y/o TAC para comprobar que no existan alteraciones que contraindiquen este tratamiento

Consideraciones durante y después de la corrección con ortodoncia

Para cuidar la salud dental de nuestro animal la mejor recomendación es ser rigurosos en el mantenimiento de su higiene. Esto pasa por realizar cepillados diarios, especialmente en perros de raza pequeña con dientes de menor superficie. Con esto se previene, además, la acumulación de placa bacteriana.

Lo habitual tras la colocación del aparato es que la dieta sea algo más blanda y se insista precisamente en el control de la higiene bucal. El cepillado diario es una parte muy importante, insustituible, pero no es la única a tener en cuenta, ya que existen otras opciones preventivas basadas en productos antisépticos. También será necesario vigilar a nuestro perro o gato para evitar que muerda o juegue con algún objeto que pueda dañar el aparato. 

En conclusión, una boca sana es una de las maneras más efectivas de prevenir problemas de salud. La ortodoncia nunca es una opción de tratamiento cuando el problema es meramente estético, sino que su finalidad debe ser evitar molestias y dolor en nuestros pacientes.

En IVeM contamos con un equipo de veterinarios especialistas para las revisiones dentales de tu amigo peludito y que están siempre a tu disposición para resolver cualquier duda.

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