La hiperplasia gingival, tanto en perros como en gatos, aparece como un engrosamiento o crecimiento excesivo de la encía. El aumento anormal del número de células se produce como consecuencia de una inflamación crónica.
Su diagnóstico se confirma realizando una biopsia y comprobando histológicamente el tejido hiperplásico. A pesar de la proliferación, el tejido presenta su disposición habitual, es decir, son células morfológica y estructuralmente normales.
El sobrecrecimiento de la encía condiciona la formación de pseudobolsas gingivales. Estas provocan una mayor retención de restos de alimentos, pelos o bacterias, lo cual contribuye a empeorar la respuesta inflamatoria. Así, el proceso patológico se retroalimenta y, si no recibe tratamiento, la hiperplasia puede progresar y acabar afectando a las estructuras de soporte derivando en la aparición de enfermedad periodontal.
«Una vez en la clínica, la realización de una correcta exploración mediante sonda periodontal y un estudio radiológico intraoral es fundamental para poder medir correctamente la longitud de la pseudobolsas y valorar si existe enfermedad periodontal»
Pilar Castelló, responsable del servicio de Odontología de IVeM
Aunque la enfermedad puede darse en cualquier raza canina, algunas parecen tener una mayor predisposición como las braquiocefálicas que incluye a los Bóxer. También afecta con frecuencia a gran danés, collie, mastín y retriever, por lo que se sospecha que existe un componente genético asociado.
Cuando el engrosamiento de la encía se da en gatos de entre 5 y 8 meses de edad, se conoce como gingivitis hiperplasia juvenil. Se aprecia clínicamente una inflamación e hiperplasia de la encía que puede llegar a cubrir las coronas de los dientes felinos. Está descrita la posibilidad de que la gingivitis hiperplasia juvenil evolucione a una inflamación oral más grave, es decir, progresar hasta cursar como estomatitis en el gato adulto.
La etiología de la enfermedad puede ser, por tanto, genética o causada por factores hormonales, la administración de medicamentos (ciclosporina, fármacos anticonvulsivos o bloqueadores de los canales de calcio) u otros factores que generan irritación continua de la encía.
En caso de que se detecte que el origen de la patología es debido a la inducción por un fármaco, se aconseja consultar con el veterinario para que el medicamento sea retirado o sustituido por otro fármaco homólogo, es decir, con un mecanismo de acción similar pero que no conlleve la aparición de estos efectos secundarios.
La gingivectomía junto con la gingivoplastia es el tratamiento de elección para la hiperplasia gingival. El objetivo de este tratamiento es retirar el exceso de encía sobrecrecida y recuperar el contorno fisiológico de la encía, restaurando la profundidad adecuada del surco gingival.
«Es muy importante conocer la fisiología de los tejidos periodontales y emplear la técnica quirúrgica adecuada, ya que de lo contrario podemos alterar irreversiblemente su estructura anatómica, condenando al diente a presentar enfermedad periodontal», afirma Castelló.
Una vez tratado, una de las medidas profilácticas indispensables para evitar que reaparezca la inflamación es el mantenimiento de una higiene dental estricta. Así en pacientes caninos y felinos el cepillado diario con la pasta dental apropiada va a prevenir la irritación continua de la encía y evitar la manifestación clínica de nuevo de la enfermedad.
Pilar Castelló y el resto de nuestro equipo humano del IVeM tienen una dilatada experiencia en el área de odontología veterinaria. Si tu animal presenta un proceso inflamatorio o es diagnosticado con hiperplasia gingival, son unas excelentes manos expertas en las que confiar.
