Es muy importante cuidar la dieta de nuestros animales. Una mala alimentación los predispone a sufrir obesidad y diabetes. La diabetes es una enfermedad que está muy ligada a problemas oftalmológicos y puede, incluso, llegar a producir ceguera en las mascotas.
La enfermedad consiste, como en el caso humano, en una incapacidad para producir insulina o que esta hormona ejerza su función correctamente. Como resultado, los animales que la padecen, sufren un estado prolongado de altos niveles de glucosa en sangre (hiperglucemia).
A pesar de que las complicaciones oculares están estrechamente ligadas a la diabetes, los primeros signos clínicos de esta afección no están relacionados con problemas de visión.
Los síntomas a los que se debe estar alerta implican cambios en la conducta y pautas de alimentación. Por ejemplo, dado que la glucosa se elimina con la orina es habitual que beban y orinen mucho. También es posible coman más de lo habitual, pero a pesar de este aumento del apetito pierdan peso. Otro signo preocupante es que estén poco activos.
La formación de cataratas es el problema ocular más común como consecuencia de la diabetes.
La mayoría de perros diabéticos terminan desarrollando cataratas aproximadamente al año de ser diagnosticados con la enfermedad. Por lo que su aparición no implica necesariamente un mal control de la afección o la dieta del animal, sino que se trata de una complicación habitual. En hurones y gatos también puede darse el caso, aunque es menos frecuente.
Lo que sucede debido a las cataratas diabéticas es que el cristalino se vuelve más opaco. El cristalino es una estructura transparente que se encuentra detrás del iris y cuya función es enfocar la luz para que las imágenes se formen correctamente. Permite que los animales acomoden su visión a objetos a distinta distancia: corta, media o lejana.
El animal va perdiendo visión de manera progresiva pero, también, va adaptándose a ello, por ello, puede ser difícil de detectar en un inicio y es recomendable, por ello, acudir a revisiones periódicas oftalmológicas que comprueben que el animal dispone de una buena salud ocular.
En fase ya más avanzada, en la que puede estar afectado el cristalino en su totalidad o solo una parte, se aprecia un color blanquecino en la pupila. Además, el animal tendrá dificultades a la hora de reconocer el entorno como, por ejemplo, sortear obstáculos o subir escaleras.
El problema de las cataratas diabéticas en perros es que se desarrollan de manera muy rápida y en cuestión de unas pocas semanas pueden acabar provocando ceguera. En ocasiones será necesaria una cirugía de urgencia que sustituya la lente dañada por una artificial si se decide ese tratamiento como el mejor para revertir el daño. Pero antes de cualquier intervención quirúrgica lo importante es haber controlado la diabetes.
La aparición de cataratas, no solo puede acabar provocando ceguera sino que, además, si son muy avanzadas, hipermaduras, aumenta el riesgo de sufrir otras complicaciones graves como uveítis, glaucoma o incluso desprendimiento de retina.
La diabetes está asociada a algunas enfermedades oftalmológicas como pueden ser:
La manera más eficaz de prevenir toda la problemática ocular asociada a la diabetes es llevar un control estricto de la dieta del animal, someterlo a chequeos en el veterinario y analíticas para evitar un estado de hiperglucemia.
En IVeM somos expertos en oftalmología veterinaria. Si tienes dudas sobre qué hacer en caso de que tu perro sufra enfermedades oftalmológicas relacionadas con la diabetes ponte en contacto con nosotros, te atenderemos encantados.
