El glaucoma es una de las enfermedades oculares más temidas por los familiares de nuestros pacientes. Se trata de una enfermedad progresiva que afecta tanto a seres humanos como a animales y que, en caso de no ser tratada a tiempo, puede provocar ceguera irreversible.
El glaucoma es una enfermedad ocular que daña progresivamente el nervio óptico provocando una disminución de la visión del animal.
Y, ¿por qué ocurre? En el ojo se produce de forma continua un líquido llamado humor acuoso. Este líquido sale del ojo por el delicado sistema de drenaje ocular. El equilibrio entre la producción y el drenaje del humor acuoso mantiene la presión intraocular en un rango fisiológico. Si las vías de salida se obstruyen, se produce la acumulación de líquido en el interior del ojo y la presión intraocular aumenta pudiendo ocasionar un daño irreversible en el nervio óptico.
El glaucoma se puede clasificar en dos tipos según la causa que lo origine.
En su fase inicial, cuando la presión intraocular comienza a elevarse, los síntomas son poco evidentes y difícilmente detectables. El campo visual se reduce progresivamente y el animal puede mostrarse ligeramente torpe.
Cuando el glaucoma avanza y la presión intraocular se eleva severamente los síntomas son más claros. Observamos ojos enrojecidos, signos de torpeza evidentes, actividad reducida, pérdida de apetito e incluso comportamiento agresivo.
Para detectar las fases iniciales del glaucoma es importante realizar controles periódicos de la presión intaocular en las razas predispuestas y acudir rápidamente a consulta en caso de ojo rojo o signos de alteración visual en cualquier raza.
Existen dos pruebas fundamentales para el diagnóstico del glaucoma: la tonometría y la gonioscopia. Estas pruebas nos permiten medir la presión intraocular (que es el principal factor de riesgo en el glaucoma) y valorar parcialmente es sistema de drenaje del humor acuoso.
Utilizamos pruebas como la ecografía de alta frecuencia (UBM) o la tomografía de coherencia óptica (OCT) para establecer el estado del ángulo iridocorneal, de la hendidura ciliar y de la cabeza del nervio óptico. Estos datos nos permiten monitorizar la evolución del glaucoma y adaptar la medicación a cada paciente.
En primera intención el tratamiento del glaucoma es médico. Utilizamos colirios que reducen la formación del humor acuoso o que aumentan su drenaje y medicamentos que ayudan al nervio óptico a mantenerse sano.
Cuando el ojo no responde convenientemente a la medicación utilizamos la cirugía para preservar la visión o eliminar el dolor de un ojo ya ciego. En el IVEM colocamos gonioimplantes (pequeñas válvulas en el interior del ojo) y aplicamos laser diodo para aumentar el drenaje del humor acuoso o para reducir su producción y así conservar la visión. En los ojos que han perdido la visión irreversiblemente nuestro objetivo es eliminar el dolor asociado al glaucoma. Para ello colocamos protesis intraesclerales o realizacmos enucleaciones.
Recuerda que la detección temprana de esta enfermedad puede frenar su evolución, ayudándole a conservar la visión. En IVeM somos especialistas en cuidar la salud ocular de tus pequeños. No dudes en ponerte en contacto con nosotros para resolver cualquier duda.
