Mi perro tiene un bulto en el párpado, ¿qué puede ser?
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El mantenimiento de una buena higiene y cuidado del ojo es importante para asegurar una salud ocular óptima. Este órgano cuenta con una protección externa altamente especializada, los párpados.
La presencia de bultos en los párpados es relativamente frecuente en perros y más esporádica en gatos. Las causas de aparición de estos bultos son muy variadas e incluyen
desde reacciones a picaduras de insectos o a contacto con determinadas plantas, inflamaciones debidas a parásitos, problemas glandulares como el orzuelo o neoplasias.
La aparición de un bulto en el párpado de nuestra mascota no suele ser una urgencia salvo que este sea muy molesto y provoque rascado o salvo que sea debido a un trauma. En cualquier caso, el control oftalmológico de la lesión debe realizarse de forma temprana para evitar complicaciones oculares y crecimiento excesivo del bulto que puede dificultar su tratamiento médico.
Si has detectado un bulto en el párpado de tu compañero peludo puede que se trate de:
● Orzuelo: Consiste en una inflamación dolorosa de una o varias glándulas de Meibomio, las glándulas sebáceas presentes en el párpado, o bien de algún folículo piloso. Tienen un origen infeccioso. Los orzuelos a menudo aparecen como bultos dolorosos, rojos o amarillos en el borde del párpado y pueden estar acompañados de sensación de ardor y enrojecimiento en la zona afectada. Para su tratamiento se utilizan antibióticos y antiinflamatorios tópicos. Los casos más graves pueden necesitar combinación con tratamientos sistémicos.
● Chalazión: Se trata de un proceso producido por la obstrucción de una glándula de Meibomio. Su formación es lenta y suele cursar sin molestia. Aparece como un bulto o nódulo en la parte interna del párpado, por lo que se requiere un diagnóstico diferencial con el orzuelo. Son más frecuentes en pacientes caninos que felinos y en animales de edad avanzada ya que generalmente se asocian a masas palpebrales que obstruyen la salida glandular.
● Neoplasias palpebrales: son frecuentes en perros de edad avanzada y su comportamiento es generalmente benigno. En gatos es rara la aparición de neoformaciones, pero cuando se dan, tienen mayor riesgo de ser malignas.
Pese a su carácter frecuentemente benigno, las neoplasias pueden generar molestias por roce sobre la córnea y en ocasiones pueden sangrar si el animal las rasca. El tratamiento consiste en su retirada mediante cirugía y en su estudio histopatológico para conocer su naturaleza y comprobar que su retirada ha sido completa. La cirugía debe realizarse de forma temprana antes de que el tumor crezca demasiado y requiera de técnicas complicadas para la reconstrucción del párpado.
Ante la aparición de un bulto en el párpado de tu perro o gato es importante acudir al veterinario oftalmólogo para determinar la causa subyacente y el plan de tratamiento adecuado. Es posible que el veterinario necesite realizar pruebas adicionales, como citologías o biopsias, para determinar la causa exacta del bulto.
En IVeM realizamos la exploración y exámenes complementarios necesarios para determinar el diagnóstico y establecer el tratamiento necesario en caso de una masa palpebral. Nuestra prioridad es cuidar de la visión de tu animal para mantenerlo feliz y saludable.